La culpa es la trampa con la que somos cazados. Me encanta verles las caras de culpa a los chicos que creyeron que me tenían en sus redes y fracasaron en el intento, también a los chicos que se equivocaron conmigo haciendo cosas que atentaron contra mi tranquilidad. Pero mas divertido resulta verles la culpa muchas veces en la semana sin premeditación alguna del efímero encuentro. Señores y señoras, jovencitos y jovencitas me permito comunicarles que estoy intacta. Los aprecio.
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