Sunday, October 30, 2005

La mujer que nunca estuvo allí

Agradezco esos dos obsequios. Me gustaron mucho. Los dos eran tuyos y te desprendiste de ellos para dármelos a mí, es un gesto que valoro más que buscar un objeto que podría resultar encantador a los ojos de cualquiera. Afortunadamente no soy cualquiera.

Mira tú cómo tengo mi corazón en las manos, solo quedan pedacitos… ¿Te acuerdas que algún día te dije que las personas éramos menos frágiles de lo que tu creías? Te mentí, eso creo por lo menos, mentí por mí. Soy muy frágil y me duelen muchas cosas, me duele el silencio, me duele la ausencia, me mata la soledad, lentamente pero me mata igual. No hay tango ni bolero que me salve, ni vodka que aguante tanta tristeza contenida. No son suficientes. Como tampoco pueden ser suficientes siete líneas en un mensajero como lo podría ser un simple abrazo. Era eso… un simple abrazo, un abrazo que no me dejara caer… No te preocupes pues hace rato sé que soy la mujer que nunca estuvo en tu corazón.

3 comments:

/|- said...

Es una despedida? Otra vez?

la_led said...

Otra vez...

/|- said...

Mierda, lo siento.